Qué es? Es útil?
Estas dos preguntas resumen las dudas que tienen normalmente los integrantes de una Empresa Familiar (EF) cuando refieren al término Protocolo Familiar.
En referencia a qué es; podemos definirlo como un documento que contiene un conjunto de acuerdos arribados entre los integrantes de la EF en determinado momento cuyo objetivo es colaborar en prevenir,
minimizar o dejar pautas establecidas para solucionar las diferencias que inevitablemente surgen a lo largo de la vida empresarial. Sin perjuicio de la definición mencionada, personalmente entiendo que el Protocolo Familiar es “más” que el documento; es todo el proceso para arribar a la firma del documento.
El ámbito que se crea desde el momento que hay una
decisión de trabajar en un Protocolo genera de por si varios mensajes positivos. A vía de ejemplo, podemos identificar que se intensifica o nace un ambiente de diálogo, se generan momentos dedicados a intercambiar ideas sobre temas que la rutina diaria no permite, todos los integrantes tienen un espacio para exponer sus ideas, aparecen preocupaciones que tal vez antes no habían sido compartidas, se ven las expectativas que tienen los participantes; todo lo cual significa aportes cualitativos innegables para la EF.
El contenido en si del Protocolo difiere de acuerdo a las características de cada EF (en que generación se encuentra, cómo es el funcionamiento, intereses, visión de futuro, participación de la familia, etc) pero existen
temas macros comunes que son abordados en todos los casos. Estos temas son los que refieren a la Propiedad; al Gobierno y Gestión y a la Familia de la Empresa.
Es útil el Protocolo Familiar?
No tengo ninguna duda en afirmarlo. Tal como menciono previamente, desde el momento que existe la voluntad de ingresar en el proceso de Protocolo comienzan a percibirse actitudes positivas. Es innato a la condición humana que cuando dos personas comparten algo, en algún momento van a tener alguna diferencia de criterio (puede ser mínima
y no significar una discusión). En el caso de los integrantes de la EF, es evidente que en más de un momento van a tener diferencias; diferencias éstas que pueden ser mínimas o de mayor entidad.
En esta misma temática, es lógico también que entre dos personas fundadoras de una EF –por ejemplo- sea más simple su funcionamiento. Pero a medida que la familia crece y/o que la empresa crece; es razonable que existan mayores puntos de discordancia que de no tomar medidas puedan generar dificultades importantes.
El Protocolo deja establecido el acuerdo arribado entre los integrantes en determinado momento y que pretenden se cumpla en los temas allí incorporados. Es un plan de acción, un “camino” que no solo será de
utilidad para los firmantes, si no que se pretende que colabore en prolongar la vida misma de la EF ya que los sucesores irán tomando conocimiento de las decisiones que deberán respetar por el hecho de pertenecer a la EF.
En definitiva es una herramienta sumamente positiva, transparente, equitativa y que colabora para que todos los integrantes de la EF tengan información necesaria para lograr un futuro con menos complejidades. No es la panacea, ni la seguridad del éxito … eso no existe; si podemos afirmar que es de gran ayuda para las generaciones que integran la EF y las venideras.
Dra. Andrea Delucchi
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