Artículo de Verónica Balestero por ADPUGH publicado en Café y Negocios de El Observador (25/7/21)
Marina ha estado vinculada a la empresa de su abuela desde pequeña, luego de formarse y contar con experiencia fuera del emprendimiento familiar, comenzará su preparación en un nuevo rol: gerencia general. Su abuela y su padre han vivido un proceso de elección del heredero de la dirección de la gestión muy complejo, pues tenían 3 candidatos, todos con la formación y experiencia requeridas para la posición, aunque con diferentes competencias, y definirse entre hijas, nietos y sobrinos no es tarea fácil. Marina está contenta, aunque no deja de cuestionarse si será capaz de asumir el desafío, cómo será recibida por los colaboradores que la conocen desde que tiene memoria y cómo gestionará la decepción de su hermano y su primo por quedar en otras posiciones.
Lo que le pasa a la familia de Marina es una de las situaciones que viven los emprendimientos familiares y es base de la principal diferencia que tienen este tipo de empresas: los vínculos contractuales y emocionales están entrelazados. Esto es, conviven dos sistemas que tienen objetivos diferentes (y a veces contradictorios, ¿o complementarios?): la empresa y la familia, y en su conjunción se genera una tensión que es importante gestionar para lograr el equilibrio entre ambos.
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Este artículo lo puede ver en este link: La gestión del talento en la empresa familiar
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